El tiempo, inexorable, había pasado por delante de Francisco Larroy Masueras durante más de nueve décadas. En la mochila del viejo guerrillero se amontonaban innumerables recuerdos corrientes, plácidos en su mayoría. Otros, por el contrario, eran almacenados en su memoria en los rincones de la emoción, del drama, de la euforia. Finalmente, con fecha 11 […]