En el inicio de la Val de Fabara partiendo desde Caspe, se encuentran las ruinas de uno de los corrales más monumentales de nuestro término municipal. El enclave, no demasiado alejado de la carretera A-221, destaca por los cuatro arcos de medio punto y buena piedra sillar que se conservan en buen estado.
Pero en el conjunto no solo llaman la atención las arcadas: la vivienda anexa, los muros exteriores y la altura de los mismos en algunos tramos nos invitan a pensar, ¿se trata de las ruinas de un simple corral o pudo ser una venta donde poder llevar a cabo parada y fonda? No en vano, algunos veteranos con tierra cerca del lugar no recuerdan ver ganado alguno encerrado tras los muros. Sin olvidar que las piedras se encuentran cerca del cruce que nos lleva, o bien a la Val de Fabara/Camino Jacobeo, o bien a la Ifesa. Por tanto, estas ruinas se encuentran en una de las principales vías de acceso a Caspe, junto a la ruta que conecta a Caspe con Fabara, Maella y Cataluña.
El corral pudo también ser utilizado como refugio momentáneo para las tropas internacionales durante la Guerra Civil, pues a un par de kilómetros hacia el oeste se libraron los combates más cruentos de la Batalla de Caspe durante los últimos días de marzo de 1938. Nos encontramos, sin duda, ante un lugar con historia, aunque no somos capaces de precisar cuánta.