Categorías
Explorando el término y alrededores

VAL PARLERMA. PARTE 2: PALERMO I y II

Esta semana continuamos recorriendo val Palerma, y con ello nos adentramos en el mayor conjunto arqueológico de Caspe. Con la denominación Palermo encontramos cinco yacimientos que van desde la época del Bronce Final hasta la romanización. El poblado llamado Palermo I, con una cronología comprendida entre los siglos V y I a.C., presenta estructuras y materiales cerámicos incluso más antiguos. Como muchos recordaréis, fue noticia hace unos años por una desafortunada intervención humana que pretendía dar acceso a unas colmenas situadas junto al yacimiento.

Separación entre ambos Palermos o paleocanales. A la izquierda, Palermo II y a la derecha, Palermo I.

El prestigioso arqueólogo caspolino Manuel Pellicer divide en dos el poblado, catalogando la zona norte del paleocanal como Palermo II. Por su parte, Salvador Melguizo en su trabajo IBEROS EN EL BAJO REGALLO pone el acento en la zona sureste, la de mayor altura y la más interesante. Sin duda coincidimos con él y por tal motivo la visitamos a primeros de octubre unos cuantos amiguetes.

En esa parte se conserva la esquina suroeste de una torre cuadrada que destacaría por sus dimensiones (tiene más de 1 metro de ancho). Se aprecia a los pies de la misma un foso excavado en la roca de cinco metros de grosor y, a continuación, se conservan los restos de un potente muro de de 2,5 m. de ancho.

Restos del torreón defensivo
A la derecha de la imagen las estructuras comentadas. Tomado del libro Íberos en el Bajo Regallo, de Salvador Melguizo.

Si continuamos avanzando encontraremos el foso o pozo que vemos en la imagen, donde se ven las huellas del piqueteo. Los expertos aseguran que los moradores tenían acceso al agua desde la acrópolis a través de cuerdas y contenedores adecuados, sin tener que bajar. Como vemos todavía resiste un muro de sillares que delimitaba el pozo.

El pozo, con el muro en la parte inferior izquierda

Nuestra ruta continua hacia lo que era la zona de viviendas, donde pueden verse algunos de los restos de las 20 casas de planta rectangular que rodean un espacio central. Como curiosidad, fuera del muro de este yacimiento apareció una de las famosas “estelas” íberas (lo pongo entrecomillado porque en mi opinión eran más bien piedras conmemorativas).

Restos de viviendas

Palermo I está esperando una dotación económica (no demasiado elevada) que permita interpretar el lugar de una manera adecuada. Como vamos viendo, esta val tiene un gran potencial para ayudarnos a entender nuestro pasado y, de paso, atraer visitantes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *