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Explorando el término y alrededores

De ruta por Zaforas. Descubriendo pozos, balsas y balsetes

La Antropología, como ciencia que estudia las realizaciones de la humanidad en sentido amplio, o la Etnografía, centrada en la cultura popular de los humanos, son ciencias que raras veces llevamos en la mochila cuando andamos por nuestros montes. Más allá de inevitables torres de luz, edificaciones más o menos modestas, rectilíneos bancales, márgenes hechas de piedra o mojones junto a los caminos principales, hay otra serie de hitos que todavía pueden distinguirse al transitar los terrenos más desconocidos de nuestros alrededores. Pero solo unos pocos iniciados los conocen. Tal es el caso de los balsetes o los pozos que no vemos a simple vista.

El afán por preservar la localización de esos pequeños tesoros de la cultura popular -como primer paso a su mantenimiento y mejora-, y la fascinación por los escenarios naturales cercanos con nombre propio, nos empujan a algunos a llamar a la puerta de quienes saben de estas cosas. Por suerte, estos modestos expertos rurales suelen dejarse embolicar.

Hoy les presento el resultado de unas cuantas salidas por Zaforas: la creación de una ruta en torno a los balsetes y pozos de aquella zona del oeste de Caspe. Allá ustedes si la llevan a cabo andando, en bici de montaña o en coche en su mayor parte. Lo importante es que si van por allí, desde el máximo respeto a la naturaleza, disfruten de estos enclaves que nos remiten a tiempos no tan remotos. Me refiero a los balsetes, pequeños depósitos naturales de agua mejorados por el hombre, y a los pozos, auténticos vergeles en pleno monte. En otros tiempos sirvieron para calmar la sed de hombres y rebaños. Hoy, apenas cumplen esa función.

Si queremos visitar los balsetes y pozos a pie, no queda más remedido que coger el coche porque el inicio de la ruta se encuentra a 12 kilómetros del casco urbano de Caspe (eso si elegimos empezarla por el norte, si lo hacemos por el sur, todavía está más lejos la salida). Tomando el Camino del Pallaruelo se gira a la izquierda nueve kilómetros adentro, dejando el asfalto donde indica «Finca el Cerrojo». A continuación, cogemos el primer desvío a la izquierda y ya estamos en Val Palerma.

1.Balsete del Moro. El primero de los balsetes según subimos la val es el único que se encuentra vallado -probablemente para evitar que los animales caigan dentro de él- y es, a la vez, el que siempre suele almacenar agua. Frente al mismo, al otro lado del camino, se encuentra la llamada Cueva del Ánfora, un pequeño abrigo cubierto por una pared de mampostería que debe su nombre al hallazgo de una ánfora romana a finales de los 70 por un alumno del profesor Jesús Jiménez, Paco Cubeles: «Estaba oculta entre paja y la misma tierra caída del techo, tenía más de un metro de altura», recuerda Paco.

Pesebre en el interior de la Cueva del Ánfora
La Cueva del Ánfora, oculta entre la lastra, vista desde el camino

2. Balsete del Violo. Se localiza a pocos metros del yacimiento arqueológico Zaforas, y solo cuando llueve generosamente hay agua en su interior. A pesar de ello todavía conserva la piedra perimetral y se aprecia perfectamente la canal de tierra que lo alimentaba gracias al agua de lluvia proveniente del cabezo anexo.

3. Pozo la Cueva. Una de las joyas del recorrido. Para llegar hasta él -está bastante escondido- hay que dejar el camino principal y adentrarse en la lastra a través de un Azagador (paso de ganado). Después toca andar por la orilla de un bancal. Otra forma de llegar es dando una gran vuelta por el camino de la Balsa del Chopo y la Foya de los Frailes (lo explico en el track de Wikiloc). Es una guapada que todavía podemos contemplar gracias al empeño de Domingo Muñoz, quien recientemente se ha molestado en limpiarlo de maleza. Atención a la manufactura de las escaleras, la cueveta natural y la inscripción tallada en la roca: ¿1924 o 1524?

Domingo Muñoz junto al Pozo la Cueva

4. Balsete del tío José. Está ubicado a unos 100 metros del camino principal, subiendo la val, y cerca del corral (Paridera de las Bóvedas, las cuales hace años que desaparecieron). Este balsete apenas se distingue oculto entre matorrales y arbustos. Frente a él, al otro lado del camino, el mas donde Jesús Jiménez pernoctaba junto a los jóvenes aventureros excursionistas. En el exterior del mas se conserva bien el horno construido por Jiménez y sus ayudantes. Dentro del horno, hasta hace unos años un recipiente señalaba los balsetes gracias a un mapa dibujado por Marcos Cirac.

5. Balsa de la Ganadería. No tiene nada de especial pero bien merece formar parte de esta relación de oasis en el desierto. La construyó la Junta Local de Ganaderos de Caspe no hace muchos años. Atentos a las potentes acequias excavadas junto al camino para alimentarla.

6. El Pozo la Fuen. Otro de los platos fuertes del recorrido del que ya hablamos hace unos meses: http://amadeobarcelo.es/antonio-mauleon-y-el-pozo-la-fuen

Por suerte, gracias a que la Junta Local de Ganaderos lo ha limpiado recientemente ya es posible comprobar que a este misterioso manantial nunca le falta agua.

Abrevadero en el exterior del Pozo la Fuen
Pileta exterior
Interior del Pozo la Fuen

7. Balsete del Ahogao. (¿Por qué tendrá ese nombre?) Es el más recóndito de todos. Si queremos llegar hasta él desde Val Palerma, hay que patear monte a través, no queda otra. Un segunda opción es dar una buena vuelta en coche, bajar por el Camino de Sancer, aparcar y… andar por un mal camino (ver Wikiloc). Muy chula la pileta que hay en su exterior (espero que ningún desaprensivo se la lleve).

8. Balsa del Chopo. Única balsa del recorrido. De forma circular, se sitúa en el extremo oeste de nuestro término, a escasos metros del monte de Alcañiz. Hito más alto de la ruta, con 272 metros de altitud.

Balsa del Chopo. El agua suele estar más oscura de lo que vemos en la imagen

9. Balsete de Portolés. Este fue una sorpresa. Se encuentra a 950 metros de la Balsa del Chopo tomando el camino hacia el este. Como no tenía nombre, me he tomado la libertad de llamarlo de ese modo (provisionalmente) porque se encuentra en la Foya de Portolés (si alguien sabe su nombre, que lo diga). Es el último de los hitos del recorrido. Ya solo tenemos que tomar dirección noroeste para volver al punto de partida.

Para quienes quieran patear o ciclar las Nueve Balsas adjunto los tracks de ambas rutas que han sido grabadas con la aplicación Wikiloc. La primera corresponde a la propuesta senderista que enlaza los nueve hitos (balsa, balsetes y pozos) a la brava, monte a través en algunos tramos. Lo puede hacer cualquiera pero ojo, insisto en que a ratos toca andar por el monte, sin sendas, y hay que estar medianamente en forma pues son casi 15 kms.

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-senderista-de-las-nueve-balsas-de-zaforas-caspe-para-aventureros-70436321

En segundo lugar, el track para hacer la ruta en bici. El único inconveniente es que el recorrido está alejado del pueblo y entre ida y vuelta nos van a salir más de 40 kms. Eso sí, muy llevaderos.

https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/ruta-btt-de-las-nueve-balsas-de-zaforas-caspe-dando-un-rodeo-70495862

Una tercera opción sería ir hasta allí en coche y hacer los nueve hitos andando a través de los caminos de la ruta propuesta para bicicletas de montaña. Salen 18 kilómetros, aunque podría atajarse algo desde el Pozo de la Cueva hasta el Balsete del Moro.

Mapa con el recorrido en bicicleta

Esta idea ha fructificado gracias a la colaboración de quienes se han prestado a compartir sus conocimientos sobre la zona: Alejandro Cirac, Domingo Muñoz, Paco Cubeles y el desaparecido Antonio Mauleón. Gracias también a los dos compañeros que me acompañaron en la grabación de las rutas, José Fillola y Daniel Fernández.

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