Bienvenidos a esta ventana al entorno rural más cercano. Hoy nos detenemos en una curiosa edificación ubicada en un lugar entre Masatrigos y val de Lobos. Data de finales del siglo XIX y tiene forma rectangular. Recibe su nombre por los numerosos vanos que presenta en sus dos lados largos. Llaman también la atención los cuatro huecos (2 y 2) tallados en piedra y de forma ocular que vemos en sus lados cortos, sobre las puertas ahora tapiadas. Los bloques que tapan los huecos y el cercado construido (todo ello de bloque) en el lado contrario al camino se realizaron hace no muchos años, adaptando la edificación a su ganadero.
Lo visitamos hace unos días con Paco Latre ejerciendo de guía. ¡Fue una buena mañana bicicletera! Aunque ahora apenas se usa, el llamado Corral de las 40 puertas es y ha sido corral. Pero es evidente que esta torre de medidas imponentes no se concibió como tal. Lo habitual es que los corrales se sitúen bajo lastras de piedra y al abrigo del cierzo, contando con una parte cubierta y una al aire libre, cercada. Pero esta construcción no reúne ninguna de esas características, por lo que cabe preguntarse, ¿Qué era en origen?, ¿Con qué propósito se edificó en el año 1895? Preguntas que quizá queden sin respuesta porque el anterior propietario del edificio (José Jordán, el Soro) ya falleció. Lamentablemente, apenas quedan verdaderos expertos en nuestros montes. Aquellos que han pasado su vida entre romeros y ginestas se nos están marchando, y con ellos prácticamente desaparece un modo de vida rural que compartieron con nuestros ancestros durante siglos.
Pero no nos pongamos tristones. Un primer paso puede ser lo que algunos vamos haciendo, algo tan sencillo como inventariar edificios, huellas humanas en el mundo rural y parajes naturales. ¡Forman parte de nuestro pasado y nuestro presente! Así que seguiré haciéndolo durante todas las semanas mientras dure la pandemia. Si queréis recomendar algún lugar en concreto, recibiré encantado vuestras recomendaciones.
