Seguimos recorriendo el término. El monte de Caspe está plagado de viejos corrales y parideras donde naturaleza agreste y ruinas se abrazan. Algunos de ellos todavía conservan arcos. Otros se ubican en lugares con vistas privilegiadas. Por mucho que no sean más que restos de modestas edificaciones ganaderas, suelo detenerme en ellos y comprobar que allí el tiempo parece haberse detenido. Este se encuentra junto a la carretera de Alcañiz, en una partida llamada Balsa de la Cueva que mira hacia la sierra de Vizcuerno.
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