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José Catalán y la torre de los diezmos de Valdurrios

La tradición oral es más o menos fiable según quiénes sean nuestros informadores. Si no es posible contrastar lo que nos cuentan con documentación escrita, la solvencia de quien transmite tal o cual historia puede apuntalar la credibilidad del relato. En el caso de José Catalán, el Frailero, un hombre cuyos conocimientos sobre el monte de Caspe abrumaban, podía uno fiarse de sobras de lo que te contaba.

Hace unos años aguien me dijo que José Catalán sabía de una torre en Valdurrios donde, siglos atrás, se pagaban los diezmos, ¿o quizá se depositaban las primicias? En cualquier caso, mereció mucho la pena quedar con José y salir hasta Valdurrios. No paró de hablar en ningún momento. Recuerdo que fue contándome quiénes eran los propietarios de las masadas que lindaban con el camino. Me explicó muchas otras cosas lástima no haberlo grabado- hasta que llegamos al destino: la torre de Pellón, una edificación rural que aunque de fábrica algo tosca, destacaba por sus buenas dimensiones. Lo mejor de la torre era la pileta que conservaba adosada en la pared, por cuyo conducto, según me aseguró José, siglos atrás se introducía el grano que iba a parar a los graneros de la Orden de San Juan.

Pileta dotada de conducto que conectaba exterior e interior
La pileta encastrada en la pared
José Catalán junto a la pileta

No había ido hasta la torre desde entonces. Situada a más de 20 kilómetros del casco urbano de Caspe, no mucho después del final del asfalto de camino de Valdurrios, hace unas semanas volvimos hasta allí. De nuevo, nos recibió el balsete que precede a la torre.

Balsete y pileta

Al aproximarnos comprobamos que, aparentemente, la torre se conservaba en buen estado. Lo único destacable era el espino negro o tamujo había crecido. Tras ella estaba la pileta. Y entonces, al acercarnos, nos llevamos una desagradable sorpresa.

La pileta ha sido arrancada de cuajo

Probablemente, quien se llevó la pileta no sabrá cuál era su cometido. Se han hecho con una pieza bonita, curiosa, un trabajo de otros tiempos que adornará un lugar que… nada tiene que ver con la pieza, ahora totalmente ajena a su contexto original. Al mismo tiempo, desproveer a esta torre de su elemento más significativo significa amputar, de modo irreparable, un trozo de nuestra historia. Qué pena.

2 respuestas a «José Catalán y la torre de los diezmos de Valdurrios»

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