Tal y como consta en el Archivo Parroquial de Maella, Francisco Juan Roda nació en abril de 1666 en la villa bajoaragonesa (Juste Moles, 1995: 610). Casado con la zaragozana Manuela Arrieta, del matrimonio nació Manuel Felipe en febrero de 1708, quien estaba llamado a desempeñar un papel nada desdeñable dentro del gobierno de España durante el Antiguo Régimen.
Nuestro protagonista estudió con los Jesuitas de Zaragoza (y al parecer, en aquella etapa germinó un profundo odio hacia la orden). Estudió Leyes y ya como miembro del Colegio de Abogados, obtuvo en Madrid la plaza de la Secretaría de Estado, siendo posteriormente Auditor de Rota por la Corona de Aragón. Fue tras ser sofocados los motines de 1766 (tras el decreto del ministro Esquilache), y la profunda renovación posterior del Gobierno, cuando fue nombrado ministro de Gracia y Justicia por el rey Carlos III, desempeñando tal cometido durante dos décadas. Se dice que fue uno de los ministros más influyentes en el rey; de hecho, su buena relación con el monarca le reportó el marquesado de Roda. Destacó en su trayectoria por tomar parte muy destacada en la expulsión de los Jesuitas, oponiéndose con firmeza a la intervención de estos en el poder temporal. Perteció a la facción conocida como el «partido aragonés» encabezada por el conde de Aranda, defensor de una monarquía con poderes limitados por derechos forales y nobles.
Manuel de Roda y Arrieta falleció en Madrid el 30-8-1782.
Publicado en El Agitador el 2-12-2014