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Explorando el término y alrededores

UNA VUELTA POR ZAFORAS (con la excusa de los pilones)

Recientemente la Oficina de Turismo de Caspe ha puesto en marcha una interesante y saludable propuesta:(https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?fbclid=IwAR3YCRqkOP5PSO6HkKWlmx_VoqIuWgwfK972ofMUqdJRv5QcliKSN4Fw_zA&mid=1aEyXoa65jDWUha-U3szAeKYZ0tLmi0S6&ll=41.410716632941195%2C-0.09862037977599325&z=10). Bautizada como «Los 13 de Caspe», la iniciativa consiste en visitar los trece vértices geodésicos diseminados por el término municipal, hacerse una foto en cada uno de ellos a la que adjuntaremos un pequeño dibujo si realizamos la actividad con los más pequeños de la familia (más información en las Redes Sociales de Caspe Turismo:https://www.facebook.com/caspe.turismo).

Los vértices geodésicos son una serie de singulares construcciones diseminadas por todo el territorio nacional que indican tanto la posición exacta de ese punto como la altura del mismo sobre el nivel del mar. Forman parte de una red triangular de medición del territorio y siempre se presentan sobre un pedestal blanco de hormigón -de mayor o menor altura- pintado de blanco que termina en un cilindro de 1,20 m (por eso, por su forma, en Aragón los llamamos pilones). Sobre el pilón se colocaría el instrumental topográfico con el que realizar la medición del territorio. Se encuentran en lugares altos desde los que -casi siempre- se divisan grandes extensiones de terreno y desde donde pueden divisarse otros vértices.

En el término municipal de Caspe se construyeron 12 pilones a los que puede añadirse uno más localizado en el límite de los términos de Peñalba y Caspe, el vértice Crispín. Algunos se muestran ante nosotros muy cerca del casco urbano (Castillo, Rigüela); otros pueden verse desde carreteras o caminos asfaltados (Valdezail, Herradura, Magdalena); también los hay un tanto «famosos» por su ubicación en lugares frecuentados por su belleza natural (Vizcuerno, San Vicente). Pero varios de ellos son mucho menos conocidos por hallarse en lugares un tanto recónditos. Tal es el caso del vértice Zaforas.

Visitar cualquiera de estos puntos geodésicos nos sirve de excusa para dar una vuelta por el monte de Caspe. Recorrer el término no solo es beneficioso para nuestro organismo, sino que puede proporcionarnos como premio adicional el descubrimiento de pequeños tesoros rurales como los situados cerca del pilón de la partida de Zaforas. Las imágenes nos muestran los restos de una edificación que -dejando volar la imaginación- nos recuerdan a un palacio micénico. Sin embargo, no son más que las ruinas de un corral en el que destacan sus arcos pétreos y en el que se distinguen varias fases en la obra. A la vista está que no se escatimó la piedra en la construcción.

Si seguimos bajando la val localizaremos el pilón o vértice Zaforas, el cual se eleva 253 metros sobre el nivel del mar. Desde lo alto, hacia el norte, se divisa la villa de Chiprana así cómo el nuevo mar de placas solares que aflora entre Chiprana y Escatrón.

Muy cerca del vértice desafía al tiempo la estructura de un gran mas de dos plantas formado por dos cuerpos adosados y buena piedra en algunas de sus partes, como en las jambas y el dintel que componen la puerta de acceso a la planta superior. En una de las entradas consta la fecha de construcción del edificio, datado en pleno reinado de Felipe de Borbón… pero el V, no el actual. Porque la fecha que figura es 1725. Ahí es nada.

Les animo a que se pierdan por Zaforas y disfruten de la tranquilidad y el silencio del paraje.

2 respuestas a «UNA VUELTA POR ZAFORAS (con la excusa de los pilones)»

El dia 13 de marzo de 1938 a las 8:00 horas, se dio la orden al Jefe del XVIII Cuerpo de Ejercito por la que tenía que crear una segunda linea de defensa que comenzaba en el antiguo km 19 de la carretera Escatron-Caspe pasando por el VERTICE ZAFORAS y terminando en Andorra.
Nunca se llego a organizar nada consecuencia del descalabro y desorganización en el que estaba sumido el Ejercito Republicano al Sur del Ebro.

Lo cierto es que leyendo el reportaje dan ganas de echarse al monte, a caminarlo. Lástima que te leo desde fuera del municipio y con esto del confinamiento…
Un abrazo.

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