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13 Rotspanier. Identidades de los caspolinos deportados por el nazismo

“Sentimos mucho teneros que decir que después de tanto preguntar por todas partes hemos podido justificar la muerte de mi querido hermano Ignacio, pues murió en el campo de Mauthausen en el año 1941”.[1]

Tuvieron que pasar más de cuatro años para que Teresa recibiese la carta que contenía las peores noticias sobre su marido: Ignacio Piquer había sido asesinado en un campo de exterminio nazi. Piquer fue uno de los 13 caspolinos deportados a Alemania y Austria. Nueve de ellos murieron y los cuatro que pudieron contarlo nunca fueron los mismos: la estancia en los campos despedazó sus vidas.

Hablar de todos ellos supone, inevitablemente, acercarnos a 13 tragedias personales y familiares. Un drama sobre otro porque las familias de las víctimas nazis, durante el franquismo, solo pudieron sufrir y callar.

La minuciosidad con la que el Tercer Reich registraba a sus presos ha permitido que se conozcan algunos detalles sobre el paso por los campos de miles de víctimas. Conocemos sus números de prisioneros, en qué fecha ingresaron, cuándo fueron trasladados de un centro de internamiento a otro o el día en el que murieron, en la mayoría de los casos asesinados por acción u omisión de socorro. Pero, ¿quiénes fueron aquellos 13 hombres nacidos en Caspe?, ¿Qué sabemos de ellos?

Habitualmente conocemos la militancia izquierdista de los deportados, ya sea en partidos políticos o en sindicatos. Eran hombres jóvenes que dejaron todo atrás en solitario o en compañía de sus familias ante el avance de las tropas franquistas. Meses después, con la derrota de la Segunda República, todos ellos cruzaron la frontera francesa. Tras pasar por los campos habilitados para los españoles, el estallido de la Segunda Guerra Mundial propició que miles de republicanos acabasen integrando las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE).[2] La rápida derrota francesa y el desprecio del gobierno franquista hacia los perdedores exiliados significó que miles de españoles fueran enviados a los Stalag y Frontstalag concebidos para prisioneros de guerra, lugares que fueron paso previo hacia los campos de exterminio, principalmente, hacia Mauthausen. Allí les despojaron de sus identidades, les enfundaron un andrajoso uniforme de rayas en el que se distinguía un triángulo con la letra S (de Spanier: españoles) sobre fondo azul, el color de los apátridas. Fueron sometidos a trabajos forzados hasta la extenuación, pasaron hambre, frío y tantas vejaciones que 6 de cada 10 murieron. En total, más de 5.000 españoles no sobrevivieron a los campos.

Las identidades de las nueve víctimas de Caspe

Antonio Beltrán Barberán fue el mayor de los 13 caspolinos deportados. Guardia municipal, de izquierdas, muy aficionado a la caza, dejó la ciudad junto a su mujer, María Piquer, y los hijos de ambos. Mientras él cruzaba a Francia, María, embarazada y con dos críos, decidió volver a la Ciudad del Compromiso. A su vuelta encontraría la casa familiar de la calle Alta ocupada por vecinos afines al régimen, con lo que no pudo entrar en su propio hogar hasta que los ocupantes tuvieron a bien marcharse. Le esperaban años de apreturas para sacar adelante a sus tres hijos.[3] Ramón Beltrán nació en mayo de 1939 sin conocer a su padre, fallecido en Gusen en septiembre de 1941.[4]

Antonio Beltrán y María Piquer

Ignacio Piquer Palacios había nacido en Caspe en abril de 1899. Era “celaceica” (vigilante de las acequias de riego). ¿Militaba en algún partido? Es probable, pues su familia sabe que solía dejarse ver por un conocido café de izquierdas. Cuando abandonó Caspe en marzo de 1938 le acompañaban su esposa Teresa y sus hijos Manuel, Carmen y Vicente junto a Andrés y Antonia, padres de Teresa. Después de recalar en Sant Celoni todos acabaron en Francia, Teresa y sus hijos como refugiados, mientras Piquer pasaría a formar parte de la 28ª Compañía de Trabajadores Extranjeros, al igual que su hermano Miguel y su sobrino Elías. Tras ser recluido en Mauthausen, su vida acabó en Gusen en agosto de 1941.[5]

Ignacio Piquer durante el servicio militar

Miguel Aranda Borrás era quinto de Ignacio Piquer. Estaba casado con Felisa Portolés y tenía tres hijos: Miguela, Vicenta y José. Algunas fuentes lo ubican como cenetista y combatiente miliciano durante la Guerra Civil. La Causa General –de fiabilidad siempre cuestionable- le imputa varios delitos.[6] Fue deportado a Mauthausen en diciembre de 1940 y murió en Gusen el 29 de septiembre del año siguiente. Felisa, durante el poco tiempo que sobrevivió a su marido (falleció en 1946), se vio abocada a dedicarse al estraperlo.[7]

Miguel Aranda

Sobre Valero Gavín Costán, nacido en abril de 1903, es muy poco lo que sabemos.En los archivos consta como soltero, aunque gracias a otras fuentes podemos afirmar que vivía con Cristina Llorente, la cual estaba embarazada en el momento de la detención de Valero[8]. Trabajaba como minero cuando fue llevado hacia el campo de tránsito de Compiègne en enero de 1944, de allí a Buchenwald y posteriormente a Flossenbürg, siendo finalmente destinado al Kommando de Johanngeorgenstadt, cerca de la frontera de la actual República Checa, un lugar reconvertido en fábrica de armamento. En marzo de 1945 era devuelto al campo de Flossenbürg, como solía hacerse con los enfermos. Falleció el 31 de marzo de 1945, cuando solo restaban 24 días para que el campo fuese liberado.[9]

Ficha de prisionero de Valero Gavín

Félix García Cirac había nacido en Caspe en 1907. No sabemos en qué momento concreto partió hacia Cataluña, pero ya en 1932, cuando tuvo una hija, residía en Hospitalet de Llobregat junto a su esposa, natural de Maella. Afiliado a la CNT, fue deportado a Mauthausen en marzo de 1941, falleciendo en Gusen siete meses después.[10] Como vemos, cinco de los deportados caspolinos murieron en Gusen, cercano y dependiente de Mauthausen. Las condiciones de este subcampo, en el que los prisioneros eran obligados a trabajar en la cantera y en el “pozo” del molino donde se machacaban piedras, eran todavía peores que las de Mauthausen. Dentro de sus alambradas perdieron la vida casi 4.000 españoles.

Félix García

Andrés Ezquerra Cebrián era el pequeño de nueve hermanos vecinos de de Miraflores. Ezquerra dejó atrás la huerta junto al Guadalope cuando decidió buscar un futuro mejor en Mataró, “en el gas”. Allí conoció a una caspolina, Teresa Borraz. Se casaron en 1934 y tuvieron a una hija al año siguiente a la que llamaron Pilar. Con el estallido de la guerra Ezquerra que “era muy republicano, muy rojo” fue llamado a filas, mientras Teresa y la hija de ambos volvían a Caspe. Andrés Ezquerra luchó en el frente de Belchite, hasta donde se acercó su esposa para visitarle llevando con ella a la pequeña Pilar. Deportado a Mauthausen en diciembre de 1940, falleció en el mismo lugar tres años más tarde.[11]

Andrés Ezquerra

Antonio Cebrián Campos, hijo de Antón, del Muro, se crió junto a la parte trasera del Convento de San Agustín. Quedó sin madre de niño, sabemos que era estudioso, que se afilió a las JSU y que cuando fue llamado a filas como quinto del 38 le destinaron al Batallón Garibaldi de la XII Brigada Internacional. Como brigadista pasó por Caspe y vio fugazmente a la familia durante la ofensiva de marzo de 1938. Unos meses después los Cebrián volvieron a reunirse momentáneamente en Cataluña, cuando Antonio disfrutaba de un permiso. Ya no volvieron a verle. Trabajó en la Línea Maginot y tras ser capturado fue internado en el Stalag I-B (Hohenstein), deportado a Mauthausen, recluido en Gusen y finalmente asesinado en el Castillo de Hartheim (Austria), el 23 de septiembre de 1941. Solo tenía 22 años.[12]

Antonio Cebrián

José Pascual Borruey tenía la misma edad que Antonio Cebrián. Era hijo de José Pascual y Felipa Borruey. Ante la prematura muerte de su padre (José tenía 9 años), no le quedó otra que echar una mano en la carnicería familiar. Pertenecía a una estirpe muy señalada por su ideología izquierdista; no en vano, su abuela, Dolores Cirac, la Fraga, fue condenada a 30 años de prisión después de la guerra. José fue llamado a filas por quinta y destinado a un cuerpo de Intendencia. Como la mayor parte de sus familiares, acabó en Francia: Argelès, Barcarés… su hermano Antonio (nacido en 1920) y él, en un campo; la madre de ambos y el hermano pequeño, Emilio, en otro. José y Antonio, como miembros de una CTE, fueron llevados a fortificar la Línea Maginot cerca de Estrasburgo, hasta que la derrota francesa les separó: José decidió quedarse en Francia, quizá por su pasado como combatiente republicano, mientras Antonio y la mayor parte de la familia volvían a España. Él perdería la vida en Dachau el 21 de noviembre de 1942.[13]

José Pascual, a la derecha, posa con su hermano Antonio cerca de Estrasburgo

Joaquín Vallés Peralta tenía 30 años cuando llegó a Mauthausen (enero de 1941). Vecino de la Subida al Castillo, era afiliado a la UGT y se ganaba la vida como pintor de brocha gorda, si bien al menos una vez ejerció como pintor artístico al realizar los angelotes de la capilla del Cementerio Municipal de Caspe. Según deducimos tras la conversación con su nieto del mismo nombre, a comienzos de la guerra convergió hacia posiciones comunistas, donde pudo ocupar algún cargo de responsabilidad. Al parecer, abandonó Caspe en el invierno de 1937-1938 por diferencias con el Radio (órgano comunista local) de la ciudad. Embarcó en Valencia al final de la guerra con destino Francia y a los meses formaba parte de la 17ª CTA. Como los hermanos Pascual, trabajó en la Línea Maginot, también cerca de Suiza. Quizá el hecho de ser político (no combatió en la guerra) tuvo que ver con su pronto traslado a Gusen solo tres semanas después de su llegada a Mauthausen. Antes de todo ello había tenido dos hijos con Concepción Centellas. La hija pequeña, Pilar, nacida en 1938, no conoció a su padre.[14]

Joaquín Vallés

Los cuatro supervivientes

Vicente Ornaque Gondón, el más joven de los deportados (nació en 1922), como el resto de Ornaques, provenía de Castelnou aunque estaba afincado en la pedanía caspolina de Fonté. Los Ornaque Góndón destacaron por su militancia izquierdista a ambos lados de la frontera: tras huir de Caspe y pasar por los campos de reclusión franceses, varios de ellos se apuntaron al maquis e incluso fueron condecorados por su participación en la Batalla de la Madeleine (coincidieron en ella con Miguel y Elías Piquer, hijo y hermano de Ignacio Piquer). Detenido en fecha tardía (Lyon, 29/06/1944), fue deportado a Dachau y posteriormente a Buchenwald. Fue liberado el 11 de abril de 1945 pero no volvió a Caspe. Allí, un hermano suyo, Benito, había suplantado su identidad para salvar el pellejo.[15] Tuvo varios hijos y falleció en 2004 en Sauve (Gard), a los 82 años.[16]

Vicente Ornaque el día de su boda

Manuel Ambrós Giraldos fue otro de los comunistas del grupo de deportados caspolinos[17]. Apenas hay datos sobre su periplo vital anterior al paso del Pirineo. Estaba casado y tenía una hija llamada María que cruzó la frontera con solo tres años (todavía vive para contarlo). Su primera esposa, Joaquina, pudo entrar a verlo una vez al campo de internamiento francés en el que se encontraba. Nueve meses después nacería Vicente, el segundo hijo del matrimonio. Ambrós logró sobrevivir a Mauthausen a pesar de permanecer en el recinto más de cuatro años. Tras ser liberado rehízo su vida con otra mujer, sin importarle que su esposa le esperase en Francia: “En cuanto se enteró mi madre que mi padre se había ido con otra, en el primer carro de mulas volvimos para España”, asegura María.[18]

Manuel Ambrós años después de salir Mauthausen

José Pina Catalán nació en Caspe el 2 de octubre de 1906. Abandonó su ciudad natal tras la derrota de la Segunda República (pasó a Francia el 12-2-1939) dejando atrás a su esposa, Carmen Fillola Francín, y a su pequeño hijo José (nacido el 27-3-1935). Quienes le recuerdan aseguran que era un tipo muy listo. Y como vemos, todo encaja: tras ser capturado por los alemanes, fue encerrado en el Stalag V-D (Estrasburgo) y deportado a Mauthausen el 13 de diciembre de 1940. Fue trasladado a Gusen, el campo de la muerte. Pero Pina era un mecánico fino (primo hermano de Sebastián Pina, de Mecánica General Pina), por lo que desempeñó dicha tarea en los subterráneos de Gusen, donde se ensamblaban piezas del novedoso avión a reacción Me-262 . Sin duda, su trabajo le permitió salvar la vida durante tanto tiempo, pues cuatro años y cinco meses después salió por la puerta de Gusen. Catorce años más tarde su familia y su hijo pudieron cruzar la frontera francesa y recuperar la vida que dos guerras les habían robado. Los Pina Fillola se afincaron en el departamento de Saône et Loire, aunque José murió muy pronto. No sabemos si fue el paso por el campo lo que minó su salud, porque José Pina no se hizo mayor (falleció entre 1964 y 1970).[19]Su hijo, Pepito, quien visitó Caspe en muchas ocasiones tras afincarse en Francia, murió en 1998 en la misma localidad (Chauffailles) que lo haría su madre siete años después.

José Pina

Hemos dejado para el final a Francisco Centol Giraldos, quizá el más afamado de los proscritos caspolinos. Había nacido en 1913, trabajaba en banca, era un tipo locuaz y de buen porte. De la UGT y las JSU, fue uno de los fundadores del PC local en 1935. Llegaría a ser comandante durante la Guerra Civil, participando, entre otras, en la Batalla del Segre comandando la 38ª Brigada Mixta de la 72ª División. Dejó mujer e hijo y abandonó España con la derrota. Ingresó en la Resistencia francesa en fecha temprana, actuando en la zona de Puy-de-Dôme. Le detuvieron, escapó, volvió al maquis en los Altos Pirineos y fue finalmente capturado en Heches, cerca de la frontera franco española. Se cambió el nombre para salvar la vida (Ángel García Casajús fue su identidad falsa). Y lo consiguió. Pero como Ambrós, no volvió a su pueblo natal y construyó una nueva familia. Falleció el 1 de febrero de 1991 en Toulouse. Su sepultura recuerda que allí descansan los restos mortales de un héroe de guerra.[20]

Francisco Centol durante la Guerra Civil

Como hemos visto, al menos tres de los cuatro supervivientes no volvieron a Caspe. El desarraigo era enorme. El miedo a las represalias, la idea de volver a un país que ya no les pertenecía, hicieron el resto.

En cuanto a los que murieron en los campos, poco a poco las familias supieron del terrible destino de los suyos, aunque para conocer la extrema crueldad de los campos de exterminio tuvieron que pasar muchos años. La Amical de Mauthausen, fundada en 1962 por ex deportados españoles y sus familiares, nunca fue aceptada por el franquismo (no pudo legalizarse hasta 1978). No en vano, el régimen de Franco fue conocedor del destino de los republicanos españoles y no solo miró para otro lado, sino que fue cómplice del nazismo.

Han tenido que transcurrir 77 años desde la liberación de Mauthausen, 47 desde la muerte de Franco, para que, por fin, Caspe rindiese el homenaje que sus 13 hijos víctimas del nazismo, y sus familias, merecían. Una placa recuerda sus nombres desde el pasado sábado (7 de mayo de 2022). Fue una tarde soleada en la que música, palabra, ofrendas y emociones se citaron en una pequeña plaza junto al IES Mar de Aragón. Es allí, en los institutos, donde hay que recordar esta página tan terrible de la historia reciente de la humanidad. De ese modo, desde la pedagogía, podemos conseguir que no vuelva a suceder.


Conferencia impartida por Juan Calvo en la Casa de Cultura de Caspe
La exposición Republicanos españoles víctimas del nazismo que puede verse en la Casa de Cultura de Caspe

Mi agradecimiento a las familias de los deportados por las fotografías cedidas y los testimonios aportados. Doy también las gracias a Juan Calvo, presidente de la Amical de Mauthausen, y en especial a Mariano Cebrián, sobrino de Antonio Cebrián Campos.

Enlace a la noticia de los actos del sábado en el periódico La Comarca: https://www.lacomarca.net/emocionante-homenaje-caspe-13-caspolinos-victimas-campos-nazis/

NOTAS:

[1] Carta de Ignacio Piquer a su cuñada Teresa, cedida por la familia Francín Piquer.

[2] Y en menor medida, los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros y la Legión Extranjera.

[3] Entrevista a Ramón Beltrán (Caspe, 5-5-2022).

[4] Antonio Beltrán había nacido el 10 de abril de 1898. Pasó por el Stalag XI-B (Fallingbostel) como prisionero nº 87479. Fue deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941 (primera matrícula 62.377), falleciendo el 11 de septiembre de ese mismo año.

[5] Tras su paso por el Stalag XII-D (Trier) con el número de prisionero 255.626, fue deportado a Mauthausen el 25 de enero de 1941 (primera matrícula: 4004). Fue trasladado a Gusen el 17-2-1941 (matrícula 10.022), falleciendo en el mismo campo el 20-8-1941.

[6] En el Centro Documental de la Memoria Histórica constan datos sobre un miliciano llamado Miguel Arada que pasó por el 2º Batallón “Legionarios de la Muerte”.

[7] Datos sobre Miguel Aranda: nacido el 16 de agosto de 1899. Pasó por el Stalag V-D (Estrasburgo)  con el número 270. Deportación hacia Mauthausen 13-12-1940 (primera matrícula: 4578). José, bien conocido en Caspe por su oficio de floristero, sufrió un aparatoso accidente de niño junto a su hermana Vicenta: un artefacto de la guerra les explotó cuando jugaban por el barrio de las cruces, dejándoles, para siempre, huellas de aquel fatal accidente en las piernas. Testimonio de Tina Ballabriga, su nieta (Caspe, 10-5-2022).

[8] Al respecto ver Amadeo Barceló, La guerra de nuestras abuelas, Los Libros del Agitador, 2021, p. 377.

[9] Valero Gavín nació el 9 de abril de 1903. Tras ser detenido fue enviado al Stalag de Compiègne (17-1-1944) y deportado dos días después dirección Buchenwald (primera matrícula: 40855). Un mes después se le envió a Flossenbürg. Falleció el 31 de marzo de 1945. La información sobre la detención y traslados de Valero Gavín la facilita Juan Calvo. Para Flossenbürg ver https://asso-flossenburg.com/kommando/johanngeorgenstadt/ (fecha de consulta, 2-5-2022).

[10] Datos familiares aportados por su nieto Félix. Félix García nació el 10 de abril de 1907 y falleció el 25-12-1941. Había pasado por el Stalag: X-B (Sandbostel) con el número de prisionero: 604. Su deportación tuvo lugar el 3-3-1941, destino Mauthausen, con primera matrícula: 3398. Traslado a Gusen el 20-10-1941.

[11] Los datos personales de Andrés Ezquerra provienen de la entrevista telefónica con Pilar Ezquerra, su hija, mantenida el 6 de mayo de 2022, de donde provienen los entrecomillados. Ezquerra nació el 11 de diciembre de 1911 y falleció el 11 de octubre de 1943. Pasó por el Stalag V-D (Estrasburgo), con el número de prisionero 2534, siendo deportado a Mauthausen el 13-12-1940, con primera matrícula número 4.774.

[12] Los datos sobre Antonio Cebrián se anotaron en la entrevista con su hermano Mariano (Caspe, 1-7-2016). Antonio había nacido el 4 de octubre de 1918, y su primera matrícula en Mauthausen fue el número 3625.

[13] La información personal sobre José Pascual se extrae del testimonio de su sobrino, Antonio Pascual (Caspe, 23-3-2014). Pascual fue recluido en el Stalag XVII-A (Kaisersteinbruch) y su deportación a Mauthausen tuvo lugar el 7 de abril de 1941, con una primera matrícula nº 4.838.

[14] Los datos personales provienen del testimonio de su nieto, Joaquín Vallés (Caspe, 5-5-2022). Vallés nació el 21 de junio de 1911. Pasó por el Stalag XI-B (Fallingbostel) con el número de prisionero 87.477. Deportado a Mauthausen el 27-1-1941 (primera matrícula, 6586), fue trasladado a Gusen el 17-2-1941 (matrícula 10.639), muriendo en ese lugar el 3 de enero de 1942.

[15] http://amadeobarcelo.es/benito-ornaque-el-caspolino-que-cambio-de-identidad.

[16] La deportación de Vicente Ornaque a Dachau tuvo lugar el 2-7-1944. Primera matrícula 76028. Último destino: Buchenwald (fue trasladado el 30-1-1945). Vicente falleció el 12 de enero de 2004.

[17] https://connombreyapellidos.es/victima/ambros-giraldos-manuel/ (fecha de consulta: 20-4-2022).

[18] Manuel Ambrós nació el 9 de marzo de 1908. Tras ser detenido fue recluido en el Stalag XI-B (Fallingbostel), deportado el 27 de enero de 1941 y llevado a Mauthausen el 23 de febrero de 1941 (primera matrícula, 6212). Fue liberado, como el resto de presos del campo, el 5 de mayo de 1945.

[19] Aunque conocemos la sepultura en el Cementerio de Caspe de una persona llamada exactamente igual, fallecida en 1963, no se trata de nuestro protagonista. José Pina, hijo de Manuel Pina Royo y Ángela Catalán Cortés, había contraído matrimonio en Caspe en junio de 1934. De familia izquierdista, su padre fue fusilado en Torrero el 31 de octubre de 1938 tras ser condenado por un tribunal militar franquista.

Tras pasar a Francia Pina fue recluido en Septfonds. Lo siguiente que sabemos de él es que fue trasladado a Gusen el 5 de julio de 1943. En enero de 1944 los presos de Gusen pasaron a depender administrativamente de Mauthausen (hasta ese momento ambos centros funcionaron, en ese sentido, de manera independiente). En ese último traslado, a Pina se le adjudicó la matrícula 49.019 (datos aportados por Juan Crespo, estudioso de las matriculaciones de Gusen). Los datos familiares sobre José Pina los aportaron sus sobrinos, Mari Carmen y Manuel, y la documentación aportada por Christine Segura Zabay.

[20] Nacido el 9 de noviembre de 1913, tras ser detenido por segunda vez fue enviado al Stalag de Compiègne (6-4-1944) y deportado a Mauthausen dos días después (primera matrícula: 62401). Para Francisco Centol ver: http://amadeobarcelo.es/francisco-centol-de-empleado-de-banca-a-heroe-de-la-2a-guerra-mundial

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