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CASPE: DE ALFARO A REBLA PASANDO POR SAN VICENTE

La ventana abierta al término de Caspe mira hoy hacia el norte, donde recorreremos un trazado circular al tiempo que disfrutaremos de un magnífico paisaje. La ruta comienza en el camino de Valdurrios, sube el llamado barranco de Alfaro y llega a las planas.  Desde allí gira hacia la Cruz de San Vicente para luego volver al camino de Valdurrios descendiendo el barranco de Rebla. Del mismo modo que diría que zalagarderos, bicicleteros experimentados y otras gentes conocedoras de Valdurrios se saben bien el recorrido que os presento, también me atrevo a decir que muchos caspolinos apenas conocen estos parajes más allá de la Cruz de San Vicente. Y como el principal objetivo de esta sección es divulgar el patrimonio natural de nuestra localidad, aquí van unas notas sobre lo que puede verse en la zona y unas cuantas fotos tomadas en una buena mañana de pedaleo.

Subiendo el barranco de Alfaro

Como decía, iniciamos nuestro recorrido en el camino de Valdurrios. A unos 5 kilómetros de la vía A-230, junto a una finca de frutales, arranca el camino que nos lleva al barranco de Alfaro. Es un trazado en ascenso, suave, tendido y bien chulo que recuerda a los caminos de sierra de otras latitudes. Zigzagueando sube hasta los 300 y muchos metros, lo cual no impide que podamos realizarlo con cualquier coche.

Barranco de Alfaro
Balsa en Alfaro

Al llegar a la llamada Plana de los Fruteros nuestra ruta se dirige hacia el oeste mirando muy de cerca la línea del límite provincial, hasta que 600 metros antes de la carretera que enlaza con Candasnos giramos hacia el sur en búsqueda del paraje de la Cruz de San Vicente.

En San Vicente encontraremos dos hitos: el pilón o vértice geodésico (372 metros de altitud) y la propia cruz. El pilón es un tanto singular por su altura, como vemos en la imagen.

Vértice geodésico de San Vicente

Muy cerca del pilón o vértice se halla la Cruz de San Vicente. ¿Por qué de su nombre? La leyenda cuenta que tras las sesiones del Compromiso de Caspe andaba por allí Vicente Ferrer camino de Peñalba, y que a pesar de salvar la vida convenciendo de lo contrario a quienes debían matarlo, se sacudió las alpargatas diciendo “de Caspe ni el polvo quiero”.

La Cruz de San Vicente al atardecer

Tradiciones aparte la cruz es una obra gótica (ss. XIII-XIV) que muestra a Cristo crucificado en una de sus caras y a la virgen en otra. A unos 500 metros de la misma se levantó en 1983 el Refugio de la Cruz de San Vicente, al que se añadió en 1991 un mirador para la prevención de incendios forestales. Destacan las espectaculares vistas de los meandros del Ebro, de la ciudad de Caspe o de la Sierra de Vizcuerno.

En cuanto a la vegetación sobresale especialmente el pino carrasco (muchos recordamos las repoblaciones de los años 80 en el lugar). Pero además, podremos contemplar matorrales autóctonos como sabinas, coscollos, romeros, lentiscos, bochas, tomillos, ginestas, etc. (hay una interesante publicación del Grupo Cultural Caspolino de 1995, Senderos, que explica muy bien la flora, la fauna y otros aspectos de estos parajes). El animal más destacable que puede avistarse en la zona es el ciervo.

Para finalizar la ruta, desde el refugio hasta el inicio del descenso por el barranco de Rebla hay solo 600 metros. A través de este camino descendente llegaremos de nuevo al llano, a la pista asfaltada de Valdurrios. Pero cuidado, no es recomendable bajar Rebla con coche porque el camino no está en muy buen estado.

Vistas desde el Barranco de Rebla

El itinerario en total puede hacerse andando, aunque hay que estar algo en forma: son 21 kilómetros. En bicicleta es un paseo, aunque si arrancamos en Caspe y tratamos de coger la mínima carretera salen unos 45.

Quienes no conozcáis Caspe podéis empezar por lo más sencillo: subir a la Cruz de San Vicente. El camino más fácil se coge en la carretera hacia Candasnos, a un kilómetro del cruce con la A-230. Una vez allí podéis recorrer sus inmediaciones a pie, en bici o en coche. Id como queráis pero, sobre todo, cuidad el entorno.

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