Publicada en El Agitador el 30-11-2012. Colaboró en la entrevista Jesús Cirac Febas
Mario Borruey nació en Zaragoza en 1981 de padres caspolinos. Estudió ingeniería química en la Universidad de Zaragoza y se especializó en medio-ambiente. Trabajó en el montaje de la central térmica de Castelnou y como investigador contratado en la universidad para continuar poco después en la empresa Técnicas Reunidas, una ingeniería no demasiado conocida por el gran público pero que cotiza en el Ibex 35. En el seno de Técnicas Reunidas es donde Mario ha desarrollado su ya larga, a pesar de lo joven que es, carrera profesional. Ha participado en el montaje y puesta en marcha de tres centrales de Ciclo Combinado, ha trabajado en el Lejano Oriente y ahora en Grecia. De todo eso vamos a hablar con él.
Cuéntanos de manera sencilla en qué consiste tu profesión. Soy ingeniero químico. Pongo en marcha plantas industriales.
Y trabajas en una gran empresa que desarrolla proyectos costosísimos. Sí, son proyectos muy largos (de unos cinco años) y con inversiones muy elevadas. Nuestra empresa es multidisciplinar. Y yo, en concreto, me dedico a la última parte de los proyectos, la puesta en marcha de los complejos.
Y eso te llevó a moverte por el mundo detrás de cada nuevo proyecto. Tu primera salida de España te llevó nada menos que a la otra punta del mundo. Pues sí. Mi empresa participaba a través de una UTE (Unión Temporal de EMPRESAS) en la construcción de la primera refinería de petróleo de Vietnam y allí me mandaron. Antes de eso había dado bastantes vueltas por España, Tarragona, Cuenca…
¿Es un país tan cerrado como pueda parecernos desde aquí? Vietnam es un país comunista pero su régimen no ha sido tan estricto como sus vecinos Camboya o, incluso, China. Hay problemas de burocracia, sí, y también es cierto que la mayoría de los convenios internacionales no rigen allí porque el país no los ha firmado, pero yo creo que no lo es tanto como pueda parecer.
Cuéntanos tu experiencia personal allí. Estuve dos años viviendo en una zona muy rural, justo en el centro geográfico del país, muy cerca de Milay, lugar famoso porque los americanos perpetraron allí una de las masacres más conocidas de toda la guerra. La verdad es que trabajaba muchísimo y no tenía demasiado tiempo para hacer turismo pero algo sí que pude ver. Me gustó mucho Sa Pa, la zona de la frontera con China. La visité en Agosto, cuando en Hanoi se alcanzaban los 42 grados y una humedad brutal, de más del 90%, mientras allí, se estaba muchísimo mejor. Era una zona maravillosa por el clima, las tribus, la geografía. Estaba todo lleno de arrozales en terrazas.
El proyecto profesional que te llevó allí era de una gran envergadura. Desde luego. Trabajábamos en él unas ocho mil personas. La inversión fue importantísima para el país, nada menos que tres mil doscientos millones de euros. De hecho, resultó ser el proyecto empresarial más importante de la historia del país. La dinamización de la economía de la zona, derivada del proyecto, ha sido muy importante.
Al escuchar hablar de Vietnam, lo primero que le viene a la mente a todo el mundo es la guerra contra los americanos. ¿Es un tema que tienen todavía muy presente? Pues la verdad es que no demasiado, no guardan rencor a los americanos y no es un episodio de trauma nacional, al fin y al cabo, ganaron…
Ese país cambió tu vida… Sí, conocí a una chica que trabajaba en el Hotel en el que me alojé al principio, nos hicimos novios y nos casamos.
¿Qué tal se lo tomó su familia? ¿Te acogieron bien? ¿Experimentaste algún tipo de brecha cultural? Lo tomaron muy bien; los vietnamitas son gente sin maldad, amable, sencilla, aunque son muy curiosos y te miran mucho, tanto que al principio, me agobiaba. Con la familia de mi mujer, aunque las conversaciones son difíciles, porque no hablan inglés, todo fenomenal. Casarse con un extranjero, a priori, es una buena señal, más que nada de prosperidad económica.
Un español y una vietnamita… ¿qué tipo de comida coméis en casa? Mi mujer, si puede tirar de algo parecido a su comida, lo hace. Siempre anda buscando productos de su tierra. Lo que más echa de menos es el chili.
De Vietnam te marchaste, en el año 2010, a Grecia. Sí, a trabajar en otra refinería que estamos a punto de terminar en Elefsina, una ciudad pequeña, que enla Antigüedadera conocida como Eleusis, a30 Km. al Este de Atenas. Es una ciudad industrial, de industria pesada, donde viven unos 30.000 habitantes
¿Has percibido en primera persona el colapso del país? Cuando yo llegué, la crisis ya estaba ahí; así quela Greciaque yo conozco es ésta y no otra. Pero otros extranjeros con los que nos relacionamos, que llegaron años antes, nos dicen que han notado un empeoramiento salvaje. Los sueldos se han reducido mucho, y el coste de muchos productos ha aumentado, la gasolina en 5 años ha subido de0,8 a1,8 euros por litro, un kilo de arroz por 2 euros como mínimo, una lata de atún por 3,5 euros, muchas veces es más económico ir a comer a un bar.
Algunos agoreros dicen que nos tenemos que preocupar porque Grecia y España tienen demasiadas cosas en común. En cierto sentido, sí. Somos países mediterráneos, ellos quizá son más extremos que nosotros, tanto para lo bueno como para lo malo, en todo caso, mi percepción es que allí están peor, con diferencia.
Y, en tu opinión, ¿qué es lo que han hecho mal los griegos? Es un país muy corrupto y se funciona mucho con dinero negro. Curiosamente, en la mayoría de hoteles está rota la máquina para cobrar con la tarjeta…todo tiene que ser en efectivo. Lo hace la gente, lo hace el pequeño comercio…lo del gobierno ha sido robo a gran escala.
¿Los griegos han vivido por encima de sus posibilidades? El comentario que más he oído por parte tanto de locales como de extranjeros que han vivido muchos años ahí es que antes los sueldos eran elevados, y la vida era más barata, pero a raíz de la entrada en el euro, el coste de la vida empezó a subir, y el momento en el que la situación empezó a desmadrarse fueron las Olimpiadas de Atenas 2004, donde se gastó a manos llenas.
No sé si todos vivieron por encima de sus posibilidades, pero hay gente que si que lo hizo, por ejemplo, se dice que Lárissa, en el norte del país, es la ciudad europea con más Porsche Cayenne por habitante.
¿Es un país que funcionaba? Antes sí, el Pireo siempre ha sido un puerto muy importante, la industria naval griega siempre ha sido muy potente, tienen multinacionales como OTE, la empresa telefónica estatal, que está extendida por la región de los Balcanes y por Hungría, Rumanía, Bulgaria.
Desde la entrada del euro, ha habido mucha inflación, no reconocida oficialmente y el coste de la mano de obra se ha encarecido mucho, haciendoles menos competitivos.
Es una lástima, porque en general es gente preparada, la mayoría habla inglés, incluso gente que no está habituada a trato con extranjeros. Se fomenta la curiosidad y el afán de aprender entre la juventud. Algo que si se nota es que el ritmo de trabajo es más pausado, hasta que el plazo aprienta, momento en el que se ponen firmes y sacan el trabajo con rapidez, lo que ellos siempre dicen: especialistas en el último minuto.
Lo único que vemos ahora de allí es las batallas entre policías y manifestantes, ¿Atenas es peligrosa? Antes no, en absoluto. Es más, decían que era la ciudad más segura de Europa. Pero ahora, desde hace unos años, la gente ya dice que a la zona de Omonia, en el centro de Atenas, mejor no ir. En general, en la calle no se percibe toda esa conflictividad que sí aparece en los medios. No te encuentras bandas de nazis por la calle ni nada parecido.
Pero lo que sí que se ve en la tele es mucho “activista”.
Debido a que mi trabajo no es en la capital y que no soy capaz de comprender los medios locales, no estoy muy enterado de la situación del activismo tipo “15-M”, si que he sido testigo de movimientos sindicales, dado que en el tiempo que hemos estado en el proyecto ha habido muchas huelgas.
Los griegos deben estar hasta las narices de los políticos… La palabra que más he oído es “traidor”. Hay un sentimiento de repulsa hacia sus políticos muy fuerte, han tenido muchos privilegios, se han llenado los bolsillos con dinero público, y son muchos años ya de pérdida de calidad de vida.
¿Y de los alemanes? Dicen que Alemania quiere tomar el control de Grecia, que quieren hacer del país su prostíbulo. Era muy habitual que los alemanes fueran a Grecia de vacaciones, pero ahora la verdad es que van menos.
¿Has hecho mucho turismo por allí? Muchas horas de trabajo = poco tiempo libre. Hemos ido a ver cosas como Atenas, Delphos, Sparta (las ruinas), Monemvasía, pero no demasiado.
Te queda poco trabajo allí. ¿El próximo proyecto? Se rumorea que Arabia Saudí.
A ganar pasta pero a vivir encerrado. (Risas) Sí, el país es complicado. Ni siquiera te dejan entrar colonia con base alcohólica…y de embutido ni hablamos.
Y esto de vivir de aquí para allá, ¿te acabarás cansando? Espero que no. Es más, mis compañeros dicen que esto engancha, que llega un momento en el que eres incapaz de estar mucho tiempo en un mismo sitio.
Estas de vacaciones, en casa, junto a la familia. ¿Qué le parece Caspe a tu mujer? Le parece pequeño. Vietnam es un país superpoblado y ella está demasiado acostumbrada al ruido. La falta de bullicio no la lleva demasiado bien.
Acabamos como en todas las entrevistas. Disco, peli, libro. Disco, un autor griego muy bueno: Manos Hatzidakis, The smile of Gioconda
Peli, Forrest Gump
Libro, El Silmarillion, de Tolkien