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Sancho Alegre. El hijo de una caspolina quiso matar a Alfonso XIII

Trece de abril de 1913. Todo estaba preparado para el tradicional acto de jura de bandera que iba a celebrarse en Madrid. Pero este año algo era distinto: días antes, en el madrileño parque de El Retiro apareció una inscripción que rezaba:

«El día 13, a las 13, morirá Alfonso XIII»

Aún con todo, los actos se celebraron según lo previsto y los reclutas juraron bandera ante el numeroso público congregado. Y aunque las fuerzas de Orden Público no concedieron demasiada credibilidad a las amenazas, se habían reforzado las medidas de seguridad.

Acabado el acto, Alfonso XIII se retiraba a caballo, abriendo la comitiva. Al llegar a la calle del Turco, exactamente en el lugar en el que había sido asesinado Prim en el año 1870, Sancho Alegre se adelantó y, pistola en mano, disparó. Su primer disparo no alcanzó su objetivo. El segundo impacto hirió al caballo del rey que, en su caída, acabó derribando al regicida. El monarca resultó ileso y Rafael Sancho detenido.

En los interrogatorios posteriores declaró que lo había hecho porque «quise vengar a Ferrer»  (se refería a Ferrer y Guardia, el pedagogo anarquista ejecutado tras la Semana Trágica de Barcelona en 1909).

Residente en Barcelona y de padre desconocido, Rafael Sancho Alegre había adoptado los apellidos de su madre de la que no conocemos el nombre, aunque sí sabemos que siendo muy joven había cambiado la Ciudad del Compromiso por la capital catalana. Sancho Alegre era carpintero de profesión.

Condenado a la pena de muerte, los medios de la época cuentan que el propio Alfonso XIII intercedió para que la pena capital impuesta a Sancho fuera conmutada. Rafael Sancho Alegre cumplió condena en la prisión de Figueras.

Rafael Sancho Alegre

Información extraída de «Cuatro Esquinas», número 11, edición impresa, año 2000.

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