En estas navidades un tanto distópicas en las que -a la fuerza- cometemos menos excesos y llevamos una vida más sana y menos multitudinaria, las zapatillas de monte se han convertido en compañeras de viaje para muchos de nosotros. Si uno vive lejos de las grandes urbes no le hace falta recorrer muchos kilómetros para encontrar un buen paraje. Eso es lo que ocurre en Caspe, donde disfrutamos de un entorno natural variopinto y privilegiado; aquí es posible pasar del llano a la sierra, del riguroso secano a la caudalosa vega del río, en tan solo unos minutos.
Días atrás dimos una vuelta entre amigos por el Camino Natural del Ebro GR 99, concretamente por una parte de la etapa 33 que enlaza la ciudad de Caspe con el paraje del Mas de la Punta. Optamos por el tramo que enlaza la elevación de agua frente a la Rebalsa y la Cuesta Falcón. Nueve kilómetros que transcurren, en su mayoría, por sendas señalizadas, aunque no está de más seguir el track con Wikiloc, Strava o aplicaciones similares.
El trecho que recorrimos fue llevadero, apto para andarlo con cualquier miembro de la familia. Sin embargo, no haría ningún favor al propio GR 99 si al hablar de este tramo obviase su falta de mantenimiento. Ocurre lo mismo en otras etapas: como bien saben todos aquellos que hayan recorrido esta ruta natural en los últimos años, el mantenimiento es inexistente. Nada se hace más allá de la actuación puntual en algún tramos de vecinos amantes de la naturaleza. Es una pena que no se asignen dineros para la conservación de elementos cuya puesta en marcha costó muchos fondos públicos. La naturaleza se va abriendo camino y en algunos momentos es complicado seguir la senda. La lluvia horada el camino en varios tramos y dificulta el tránsito. En fin, si lo recorremos en bicicleta tendremos que bajarnos de ella en ocasiones. Algún punto del tramo que recorrimos ni siquiera es apto para motos (hay una subida que solo los moteros expertos son capaces de superar con éxito).
Dicho esto, este trayecto del GR 99 es espectacular. Por unos kilómetros andamos por senderos ajenos la civilización, alejados incluso de los caminos rurales. Nos introducimos en plena naturaleza junto al Ebro, en parajes sin edulcorar, un tanto agrestes y con unas vistas sobre el Mar de Aragón espectaculares. Ni siquiera un día cubierto pudo nublar la belleza del paisaje que disfrutamos.
Una respuesta a «UNA ANDADA POR EL GR 99»
[…] Enclavado en un entorno privilegiado junto al Ebro -cerca de la cuesta Falcón- puede visitarse si estamos dispuestos a caminar, como mínimo, unos cuarenta minutos (el punto más cercano al que se puede llegar con coche está en la cuesta Falcón), aunque es muy recomendable recorrer el tramo del GR99 donde se encuentra el mas, del que ya hablamos semanas atrás: http://amadeobarcelo.es/una-andada-por-el-gr-99 […]